Recuerda, la vida es no es una pérdida de tiempo y el tiempo no es una pérdida de vida. Todo fluye, aunque no lo parezca, todo se transforma, todo es energía, incluso tú en un día en el sofá. Todos los caminos conducen a un lugar, aunque a veces ese lugar sea inexplorado o inhóspito. En algún momento levantarás la mirada y repararas en que tú eres el capitán de tu barco y que solo tú puedes decidir si te diriges a algún lugar o te dejas llevar.
Y al final del todo lo que importa, es que la vida sigue, con nuestras mierdas o sin ellas. Todo avanza de una forma u otra. Levanta hostia y deja ya de lamentarte por las cosas que nunca llegaron a ser, que la vida sigue contigo triste o feliz, pero no se detiene hasta que no acaba con todo. Así que más te vale vivirla y dejar de pensar que la culpa es tuya o que hay algo que pudiste hacer mejor. A ver esa frente bien alta y esos hombros erguidos. Tú nunca fuiste ni presa ni preso sino de ti mismo. Tú eres de puta madre.