enero 14, 2023
diciembre 16, 2022
Cuestión de suerte
La sintonía
abril 21, 2022
Je ne sais pas
Anoche me paré a pensar en lo que la gente dice sin decir, en el afán de tener el control a la vez que se deja todo escapar, y en su nuevo plan antagónico, ser un nihilista de sofá esperando doscientos me gusta y un mensaje que nunca llegan mientras gritas en silencio buscando atención y cariño en los sitios y personas equivocados.
Tengo la ligera sensación de que muchas personas ya no piensan en los demás, pero tampoco piensan en sí mismas. Simplemente no piensan, no realizan ese sano ejercicio que supone darle vueltas al coco.
La gente solo se queja, con o sin motivo, a otras personas a las que tampoco les importa nada en absoluto lo que les tengas que decir y que, en muchas ocasiones, solo guardan silencio mordiéndose los labios, esperando su turno para soltarte su basura y que seas tu el que termine por ahorrarles la sesión del psicólogo.
Y que hay de ti, pensarás, pues de ti, o de mi, no hay nada. Solo te queda volver a tu casa con menos dinero y tiempo porque tu inversión de ambas ha sido a caballo perdedor y nadie te los va a devolver. Pero al final, eso ni siquiera importa.
Lo realmente importante es que, con todo, tu te quedas igual de triste o más, porque comprendes que además de ti, las personas de tu entorno también están perdidas, y que, lejos de poder ayudaros los unos a los otros, solo vagáis de un lado a otro buscando un teléfono de la esperanza.
Y lo peor, es que no hay esperanza sin inteligencia suficiente como para comprender lo que se ha de hacer. La famosa "inteligencia emocional". Si, esa que se suele mentar en conversaciones referentes a relaciones amorosas y que nadie tiene ni idea de que es, es el OVNI de nuestros días, pero que también ha de ser aplicado a la relación sentimental mas importante que tenemos, la nuestro con nosotros mismos.
abril 07, 2022
Time-less
abril 03, 2022
Antes de que me vaya
He estado pensando, en ti, en mi, en la vida y los caprichos del destino, si es que tal cosa existe.
Antes de que me vaya hay algunas cosas que me gustaría contarte.
Nunca fui bueno comunicándome con las personas, y tu no fuiste una excepción. Nunca supe realmente como transmitirte mis sentimientos y emociones sin molestarte o sin parecer justo lo contrario de lo que tenía en mente.
Nunca fui un inocente corderito que esperaba a su pastora. Pero tampoco fui el lobo. Siempre que tuve ocasión de sacarte una sonrisa lo hice porque, egoístamente, quería verte sonreír. Incluso aunque tu te empeñases en no hacerlo.
Siempre te he querido, y siempre te querré. Desde el momento en que te vi y hasta el día, ojalá lejano en que no te vuelva a ver más. Eso nunca va a cambiar.
Con el tiempo, aprendí que ese cariño podía ser lo que los dos quisiéramos que fuese. O lo que pudiéramos, admitámoslo, nunca fuimos precisamente claros el uno con el otro, o nunca estuvimos en el momento adecuado.
Pero siempre hubo y habrá ese cariño que permanece inalienable entre nosotros dos. Por momentos fuiste mi amiga, nadie en absoluto o el amor de vida. Todo se ha prestado en estos aproximadamente 13 años que nos conocemos.
Quiero que sepas que ahora me voy, como ya me fui antes, pero volveré, como ya volví muchas veces. Como la lluvia en primavera pero quizá algo menos reconfortante (jeje).
Me gustaría que supieras que te quiero, mucho, mucho mas que muchísimo. Y que, para mí, tu eres perfecta.
Con todos tus defectos y virtudes. Con tus complejos de culo y otros tantos no visibles para quien no sabe verlos. Con tu tic en el ojo cuando tienes una mala racha. Con tu cara de frustración cuando las personas reaccionan de manera distinta a como esperabas que lo hicieran. O como la cara que pones cuando mencionas algo en tono de pregunta para burlarte de mi.
Con tus dudas y con tus certezas, con tu futuro impredecible pero todavía por escribir por la mejor autora, tu. Con tu fe en las personas y con tu perdón incondicional a quienes en algún momento te hemos fallado.
Hay mucho de belleza en ti, y no solo porque siendo preciosa carezcas de ese aire pretencioso y vanaglorioso de muchas otras personas con una cara bonita. También porque tienes un corazón bonito, y puro. Y eso en este mundo en el que vivimos vale aproximadamente dos mil quinientos millones de te quieros.
Con todo esto solo quiero decirte lo que ya sabes pero nunca atreviste a creer de mis labios. Te quiero, y eso no cambiará nunca. No puedo fingir que me parece bien que estés compartiendo tus segundos con otra persona, no solo porque esa persona no te valore como lo hago yo ( y me refiero al respeto, a ninguna otra cosa), sino porque para mi, la felicidad lleva tu nombre y ningún otro. Y porque en un mundo perfecto tu serías mi Pam, y yo tu Jim. Disfrutando de las cosas cotidianas, juntos, riéndonos de las chorradas de las que siempre nos hemos reído, pero compartiendo mucho mucho mas.
Me gustaría que hubiera una forma de vivir en ese pasado genial antes de que se volviera pasado. Pero lo cierto es que no hay pasado al que aferrarse pero si un futuro gigante todavía por descubrir.
Y, la verdad, no sé si estarás tu en el o yo en el tuyo, pero ojalá que así fuese. Porque no me imagino teniendo una vida en común con nadie que no seas tú. Ni quiero hacerlo. Te quiero a ti, ahora, en un mes y en cincuenta años. Tenía que decirte todo esto para poder marchar en paz, y volveré cada vez que pueda, aunque ojalá fuese a ti.
Gracias por haber sido tanto para mi, y te deseo la mayor de las suertes en tu futuro más próximo, con tu pareja, tu casa, tu trabajo, tu vida y todo lo demás. Por si acaso yo ya no vuelvo a formar parte de ninguna de esas cosas. Aunque me gusta pensar que sí tienes un pequeño rinconcito en tu corazón en el que esa chica que se balanceaba en una ventana a la par que el que suscribe estas líneas sigue queriéndome con locura de la forma que sea.
Para ti, con cariño, antes, ahora y siempre.
marzo 13, 2022
Vida de Tormenta
Una vez oí que las críticas son las gotas de la tormenta que siempre se avecina pero para la que siempre estarás preparado bajo el paraguas de la verdad.
La vida que procede, aventura cambios apenas perceptibles e indelebles aguaceros de críticas suspendidas en el aire y que rebotan repelidas por la impermeabilidad de esa autenticidad tan brillante y tan tuya.
No en vano se lidia con rumores y autoproclamadas voces de la razón, que te empalagan con exclamaciones en tono reprobatorio y burlesco. Pero esa letanía de recelos tiene su fin como cualquier vida y momento dichoso y de paz.
Y todo lo que pudo ser mejor, y todo lo que pudo ser peor, acaba entremezclándose hasta crear una unión un tanto inverosímil para cuyo resultante puedes afirmar que se trata de locura, o también puedes entender que todo esto es un juego de niños y que la locura se soluciona, como muchos otros asuntos, con amor.
marzo 10, 2022
Aprender
marzo 09, 2022
Más que retales
marzo 08, 2022
Cambios
Y de nuevo la vida me lleva, por otros derroteros, los años ya pesan y me acercan a un sendero de besos que no di y un sinfín de hastaluegos. A cada solución, un problema nuevo, un trayecto distinto donde ni mi buen hacer ni mi instinto me guían por el sitio correcto. Así que me dejo fluir, porque aunque mire allá a lo lejos creyendo ver el final del río, siempre hay un punto de inflexión, y ahí amigo, ahí es donde reside lo más bonito del camino.
marzo 03, 2022
Soliloquio
octubre 03, 2021
tendencia plus
Ayer volví a abrir tinder... por tercera vez este año. Hablé con las paredes de mi propio subconsciente sobre las ventajas de no tener que acercarse a una chica con un pretexto igual de válido que un mitjá en Estocolmo.
agosto 03, 2021
Ambivalencia
julio 06, 2021
Sociedad Anónima y limitada
abril 13, 2021
Stop Crying your heart out
Las opciones en la vida normalmente no son A o B. Por eso los exámenes tampoco lo son, porque la vida es más compleja y siempre tiene opciones C, D y E. A veces, no es fácil ver cual es la correcta.
Pero si queremos averiguar la respuesta normalmente la única forma de hacerlo es lanzándote a un vacío de posibilidades que acostumbra a dar miedo a los menos osados y que se lleva consigo los espíritus aventureros de los más descerebrados.
Sin embargo, como una buena borrachera, solo te sienta bien y te da las respuestas que buscas si lo haces estando en paz contigo mismo y con la finalidad de buscar felicidad y no olvido o razones para odiar.
Por eso, respira, aguanta, pelea y sobrevive a todo ello sabiendo que mañana será un día mejor por las decisiones que decidas tomar en algún momento determinado y eso es lo único que te ha de importar. Saber que las cosas, situaciones, experiencias y personas llegan cuando tienen que llegar, ni antes, ni después, ni en el mejor o peor momento, solo y simplemente, cuando han de hacerlo.
abril 03, 2021
Esas manías tuyas
Descapuchar el cigarro cuando termino de fumar mientras piso la ceniza todavía ardiente. Tirar un pañuelo como si fuera una bola de baloncesto y cerciorarme de que he encestado. Volver a mirar si he cerrado el coche apenas unos segundos después de haber cerrado y guardar las llaves con cuidado de no apretar de nuevo el botón.
Quitarme el reloj cuando me tumbo y volver a ponérmelo antes de levantarme. Tocarme la barbilla mientras pienso en algo profundamente. Realizar un movimiento reflejo con la cuchara justo después de sacarla de la boca por si se me cae algo de sopa.
Pedir silencio inconscientemente cuando quiero escuchar alguna explicación de algo que desconozco. Realizar toda una serie de actos casi litúrgicos cuando voy a ponerme a ver una serie o una peli que me gusta mucho.
Mirarme al espejo recordándome a mi mismo que soy super. Sonreír durante demasiados segundos después de que algo me haya hecho gracia o haya intentado simular que así era. Mirar una única estrella cada noche justo antes de irme a dormir...
¿Qué son las manías? ¿por qué nos condicionan el día a día? ¿Cuál es realmente el motivo de que necesitemos imperiosamente cumplir con estas acciones cuasi reflejas?
¿Es posible vivir sin eso? ¿influyen estos actos en nuestra "suerte" diaria? Si los cumples todos rigurosamente algo dentro de ti te dice que nada malo puede suceder. Pero si dejas alguno inacabado entonces prepárate para que se abran los cielos y te sucedan las peores eventualidades.
Es curioso, como nos dejamos influenciar por nosotros mismos. Pero eso también forma parte de nuestro carácter y de nuestra idiosincrasia propia.
Hoy invito a la reflexión y al debate con este tema aparentemente nada controvertido pero que, sin embargo, lo es mucho más de lo que pudiera parecer.
abril 02, 2021
I need a Hero
abril 01, 2021
(E)lección de vida
De la vida aprendí que las alegrías pueden venir en frascos pequeños o grandes. Que la vida son momentos insignificantes pero significados por algo que lo cambió todo.
De la vida aprendí que el amor además de escribirse al revés que Roma, también se construye al revés, cuanta más violencia mas Roma y cuanto mas aprecio mas Amor.
De la vida aprendí que cuanto más se le quita a una persona menos tiene que perder y mucho mas que ganar. Incluso cuando no parezca justo, necesario o adecuado, la vida no te aprieta más de lo que puedas soportar.
De la vida aprendí que todo lo que sube baja, acciones, manzanas al aire o la moral.
De la vida aprendí que cuanto mas duele y mas daño te produce, más te mejora después, sea levantar pesas, recibir palizas en el colegio o cargar con una enfermedad. Siempre un órgano sale reforzado, sea el bíceps, el cerebro o el corazón.
De la vida aprendí que cada segundo es un instante que atesorar y guardar en la retina. Nunca sabe uno hasta donde puede leer su horóscopo semanal.
De la vida aprendí que la justicia es relativa, las verdades son parciales y el bien y el mal son ideas inventadas por personas que ya no viven en un mundo que los ha tergiversado por completo.
De la vida aprendí que las palabras son las cuchillas más afiladas inventadas por el hombre. Y nadie necesita de una enmienda para forjar el cuchillo más poderoso con el mejor o peor de los fines.
De la vida aprendí que los idiomas son solo mecanismos que reflejan la idiosincrasia de las sociedades que los ostentan. En la mía hay más de cincuenta maneras de decirle a alguien que es imbécil.
De la vida aprendí muchas cosas, que nada ni nadie puede robarte tus ganas de vivir salvo tu mismo. Que somos prisioneros de nuestros mejores y peores días.
De la vida aprendí que quien mas ríe es también quien mas llora, porque sentirse más vivo implica también exponerse más a los sentimientos de pérdida.
De la vida aprendí que vivir es un infinitivo finito, pero infinitamente moldeable con la fuerza de voluntad. Y que la suerte no existe, solo, si acaso, la mala suerte.
De la vida aprendí que el Odio es tan fuerte como el Amor, y como este, se puede esfumar en un santiamén, pero solo cuando reparas en que Oído es el odio al revés, aprendes que si te entra por un oído y te sale por otro es entonces cuando estás preparado para volver a amar.
De la vida aprendí muchas cosas, pero seguramente la más importante fue que las mejores cosas en la vida son también las más inestables y fáciles de perder, la sonrisa, el amor y la vida.
marzo 26, 2021
El material del que están hechos los sueños
Nacemos, crecemos, vivimos, reímos, lloramos, amamos, odiamos, maduramos y, una vez que hacemos todo eso, solo entonces envejecemos. Solo para dar buena cuenta de que volvemos al origen del ciclo, léase aprender a andar, necesitar ayuda para comer, bañarte y otros menesteres, si bien sin dejar de lado un único fin, disfrutar de las cosas sin ningún pero y sin subterfugio alguno.
A menudo, muy a menudo de hecho, no reparamos en cuantas cosas nos mueven en el día a día. No caemos en la evidencia de que hay ciertos patrones, acciones y hechos que nos condicionan positiva y negativamente a la hora de afrontar nuestros quehaceres diarios y de acometer nuestras mejores y peores empresas.
Un abrazo, un cruce de miradas, una nota en verde de un examen, una cita el viernes, un cumplido a destiempo, una casualidad aparente, una sorpresa grata o caída en desgracia. Un libro en una mesilla, un cielo estrellado en un mal día, un almendro en flor, una subida de azúcar, una victoria en el juego de moda o un cigarro a solas después de cenar.
Hay, sin lugar a dudas, miles de elementos que, por una u otra razón, nos mueven hacía delante o hacía atrás. Como si fuéramos la marea, a veces de noche de lluvia y otras de luna llena. ¿Y sabes qué? No es culpa tuya si el mar está agitado o está en perfecta armonía con tus sentimientos. Simplemente no elegimos lo que nos viene a continuación. Y de nada sirve prepararse para un Apocalipsis que nunca termina de llegar. Es mejor deslizarse por la vida con todas y cada una de sus consecuencias. Sin reparos, sin miedos, sin resentimientos.
Cada segundo cuenta, tic, tac. Cada momento y cada persona son un tesoro por descubrir, para los demás y para sí mismos. El devenir incierto de nuestra voluntad solo nos conduce inexorablemente a cometer cientos de aciertos y errores. Y precisamente en eso consiste soñar. En aspirar a que en efecto querer es poder y que no hay nada ni nadie que pueda detenernos. Porque nosotros siempre tendremos un plan de viernes, un paisaje bonito y una lágrima por derramar.
Porque la vida no está hecha para preguntarse lo que hubiese pasado o lo que hubiese cambiado si hubieses reaccionado de una forma distinta. Lo hecho hecho está. El pasado está ahí para dar sentido a soñar con un futuro mejor. Y nada ni nadie puede interponerse entre nosotros y nuestros sueños. Y si no consigues llevarlos a cabo, encontrarás, como hacía Chaplin con los principios, otros nuevos.
marzo 16, 2021
A mi también me salvó Superman
Y por segunda vez en mi vida, ahí va, de nuevo, el vacío consecuente de terminar de ver la que ha sido, es y será mi serie favorita para siempre.
Me siento feliz de poder disfrutarla, pero triste de no poder verla de nuevo ahora mismo como si fuera la primera vez. Esta historia me acompañó en algunos de los momentos más difíciles de mi vida, crecí viendo muchas series, pero esta fue distinta.
En las épocas en las que tuve que lidiar con compañeros violentos y desprecio clasista, esta serie hizo las veces de bote salvavidas para recordarme, desde la ficción, que lo ficticio a veces merece más la pena que lo real. Por triste que suene esa afirmación.
Las aventuras de Clark y sus amigos me dieron una segunda oportunidad de ser feliz estando rodeado de gente pero, sin embargo, completamente solo. La introspección del futuro Superman me permitió entender un poco más todos esos sentimientos que me corrían por las venas; rabia, furia, amor, desprecio, honor, lealtad, sinceridad, compasión, empatía, rechazo y felicidad entre muchos otros.
Aprendí, por magnificente que suene, que todos merecemos ser salvados, de uno u otro modo. Que la vida es algo inalienable y sobre la cual no podemos decidir en el lugar de otro.
Que ser distinto no era en absoluto algo fácil. Aunque en lugar de serlo por ser de otro planeta y tener poderes fuese por tener una mente demasiado despierta y muchos motivos para no maquillar la verdad.
Aprendí que el amor puede ser tan bonito y tan cruel en la vida real como en una serie o un comic. También el valor de los secretos, algunos de los cuales, sin darnos cuenta, generan una responsabilidad para con aquellas personas a las que hacemos partícipes de ellos.
A fin de cuentas no todo el mundo está preparado para escuchar la verdad que uno tiene por contar y entenderla sin echarse a reír o indignarse haciendo un juicio de valor fuera de lugar.
Del mismo modo, aprendí a querer mirar hacia ahí arriba. Empecé a pensar en el universo, en sus habitantes, en las estrellas y en la cantidad de toneladas de sueños solicitados que arrastran por minuto. Entendí que hay cosas que no entendíamos y ni aun hoy llegamos a entender del todo.
Que el ser humano ansía respuestas ahí arriba pero sólo a ratos, si no hay interés económico o de prestigio, no se mueve un dedo. Adquirí muchos de mis gustos (como el musical) gracias a esta serie que es Smallville.
Aprendí a observar y comprender que buscamos el origen fuera de nosotros mismos desde hace tanto tiempo que el mundo se acaba por dividir entre gente frustrada por la incapacidad de saber las respuestas del universo y gente irrelevante y vacía que ni siquiera se plantea las preguntas.
Aprendí muchísimas cosas, y muchas de ellas fueron a raíz de ver esta serie, le debo mucho, muchísimo más de lo que puedo llegar a imaginar. Por gajes del oficio, mi nombre en Hebreo es Dan-i-El. Así que, en el fondo, siempre me sentí, como Kal-El, un poco parte de la familia El.
Pero no dejaré de regalarme en elogios hacía esta pedazo de obra maestra, no tanto por su calidad cinematográfica, sino por haber estado ahí para mí. En el lugar exacto, en el momento exacto.
Así es como a mi también me salvó Superman.