Hoy he visto un ángel.
No era rubia con ojos azules,
Ni tenía alas.
Tenía rasgos oscuros como una noche de invierno,
pero con mirada celestial y sonrisa cálida.
Sus ojos, la droga más poderosa que jamás haya probado,
Te enganchaban con o sin quererlo.
Para cuando reparé en ello
Traté de escapar, pero al darme la vuelta pude notar su mirada,
en mi espalda,
poniéndole cadenas a mis pensamientos.
Ella era de cabellos oscuros,
Y decía venir de una tierra lejana,
Con esa clase de belleza que embarga el alma,
Se escapó del cielo, a mi no me engaña.
Y ahí estaba yo, clavado ante ella,
Diciendo tonterías,
soltando excusas vacías,
buscando una manera para no tener que dejar de mirarla,
y no viendo yo el final,
ya vino la realidad y me dio la espalda.
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