Hace ya un tiempo que me persigo, ganando tiempo y perdiendo desenfreno, ganando en vistas y omitiendo sueños de silencios incómodos provocados por el néctar de las malas decisiones y la algarabia efímera.
Hace ya un tiempo que priorizo parajes y no aventuras pasajeras, desatendiendo resacas nocturnas y buscando las del gran espacio azul que se cierne sobre mi.
Hace tiempo ya que yo soy yo, pero necesitaba recordarme. Recordar lo que es invertir en calidad y no en cantidad. Recordar lo que es prescindir de las personas que sólo te rodean por intereses creados o que gustan de tu desgracia por ínfima o grande que esta sea.
Ya no es tiempo de desorden, ni de soñar con grandes fortunas. Ahora es momento de actuar en mi propia obra, la más grande que jamás tuve oportunidad de interpretar, mi vida.
agosto 15, 2018
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