El rostro mas bello, endulzado con dolor,
una inalienable sonrisa y un amueblado interior,
la receta de princesas, la esencia de todo amor.
Princesa de corazones, y de espadas,
desmontas mi armadura y burlas mi escudo,
a veces me amas, a veces me clavas y me matas.
Juventud, divino tesoro, que lejos de ser oro,
no es sino hojalata al comparar tus ojos,
un brillo, un destello, cual señal del cielo.
Una historia enrarecida, visita del destino tal vez,
a quien fui yo a pedir auxilio, oh dios mio!
ardiente locura que nubla mi sensatez.
D.P.
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