junio 03, 2012

El Juego de Muchos



Juego de Tronos, o mejor dicho Canción de Hielo y Fuego. Ya escribí hace tiempo sobre esta saga pero he estimado conveniente y oportuno el volver a hacerlo. Esto es así porque cuanto mas avanza la historia, cada vez mas uno se da cuenta de la magnitud de lo que ahí se encuentra escrito, y no lo digo precisamente por los grandes castillos. 


En cuanto uno lee y/o visiona Juego de Tronos se da cuenta inmediatamente de que la historia encuentra difícilmente parangón y que, de haberlo, este no sería otro que el Señor de los Anillos. Pero teniendo en cuenta la dificultad que conlleva el escribir ambas historias es fácil darse cuenta de que la historia de George R.R. Martin es algo mas entretenida que la de Tolkien. Si bien este último creó un universo de ciencia ficción inventando lenguajes, vegetación y clima de las zonas que narraba profusamente entre otras muchas cosas que lo convertían en una historia muy por encima de cualquier otra, la de George R. R. Martin tampoco se queda muy atrás. Quizá no narre con tanta profundidad los lugares pero el no hacerlo también agiliza la lectura y sin embargo consigue que con numerosos datos uno acabe sabiendo muy exactamente como es el sitio del que se habla. 


Y he aquí el factor mas trascendental y magnánime del meollo. El autor tiene una asombrosa facilidad para crear personajes totalmente antitéticos a la idea de "personaje plano" y cuya personalidad y manera de proceder congenia muy bien con eso que de normal llamamos realidad. Y, sin embargo, su pluma siempre está cargada de azar. Puede hacerte amar y odiar en un segundo y luego todo lo contrario. 


Quizá sea necesario acuñar la expresión de "Ser mas volátil que la pluma de George" dado que son incontables las veces en que, cuando comienzas a apreciar y/o a comprender y empatizar con un personaje, el simplemente decide cortar de raíz y eliminarlo. Es incontestable e indescriptible la sensación de vacío que te queda cuando tu "personaje predilecto" desaparece de la historia sin dejar recuerdo alguno a posteriori y siendo relegado instantáneamente por otros tantos con los que volverás a comenzar ese ciclo de "odio-amor-muerte". Ahí también reside su mérito, en su capacidad de hacerte olvidar con relativa celeridad lo que recientemente añoraste y ahora se convertirá únicamente en un vestigio del pasado. 


Y por darle unos tintes de humor a la cosa he de decir que después de todo, George R. R. Martin debería ser constituido como miembro de varias Reales Academias de la Lengua, porque que lector y/o teleaficionado puede negar haber incrementado las acepciones de algunas palabras tras haber dicho términos como "pareces un Lannister", "Tyrion es el puto amo" o "yo si que le metía tol khaleesi a la Daenerys esa"?  Otro matiz, George R. R. Martin probablemente sea ahora mismo una de las personas por las que mas gente reza en el mundo: todos los seguidores y fanáticos de Juego de Tronos lo hacen con regularidad y sino al menos han esbozado una sonrisa de preocupación puesto que como todos sabéis esta bastante perjudicado el pobre rico hombre y la gente desea con mucho énfasis que el autor termine la historia antes de largarse al otro barrio a seguir escribiendo otro tipo de hazañas. 


Yo también lo deseo con ahínco, y espero y deseo que el resto de la historia me siga deparando momentos de esos que te gusta recordar años después. 


HASTA LA PRÓXIMA!



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