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octubre 05, 2021

Días de Verano





Días de verano roto. Plagados de horas no recreativas que conducen a ninguna parte, salvo a contadas cervezas por aquello de coger oxígeno más allá de un ventilador.

 Días de sol y playa con quemaduras en los que maduras sin darte apenas cuenta y empiezas a valorar el paisaje en derredor. El bronceado justifica lo negro que te pone el vacío en que divagas cada vez que tienes tiempo de pararte a pensar.

 Amaneces a oscuras y te duermes a plena luz. Vuelves al horario de otras noches locas pero con un giro de guion llamado responsabilidad. Te entretienes en las introducciones sobre tu propia persona que le cuentas a otras intentando llegar a no se que lugar. 

Subes fotos con metáfora y escuchas las baladas de los grupos que escuchabas antaño y que saltabas para no arruinarte la poca autoestima de la que hacías gala y no digamos nada sobre la motivación. 
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septiembre 19, 2021

Ella: drama moderno.


Ella era como el mar, tomaba decisiones y se echaba atrás de resaca. Era como el Sol de ocaso en Edinburgo, casi nada ocasional. Con la misma sonrisa de hacer amigos que la de Kim Jon un. 

Se autoproclamaba reina de las judías verdes. Sería de las de pacma. Y como pacman no paraba de huir de sus fantasmas dando vueltas siempre a lo mismo. Extrovertida en el fondo de una jarra de cerveza. Extra vertida como el fuel en el atlántico, nada bienvenida pero también conocida como la de la mancha.

 Más loca que un molino hablándole a Don Quijote disfrazado de gigante. Extravagante, había conseguido convertir no hacer nada en una profesión remunerada, a media jornada eso sí. 

Ponía la colada y se colaba por uno con la misma frecuencia que se tomaba un coctel con piña. En su cumpleaños nunca faltaba una piñata con forma de unicornio para romper porque ella siempre se llevaba un palo cuando rompía. Y cada año igual. 

No parecía aprender. Lo único que si prendía era la llama del tinder que activaba un par de veces al año anunciando la llegada del periodo estival y su irremediable final. 
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mayo 11, 2021

Momento parado

Y se fueron, sus sonrisas, sus gestos, mis sueños. Por los suelos, mis tonterías, sus anécdotas y algún que otro pero. Y en el ropero, el destino se ha cambiado su sombrero y se ha puesto serio, disfrazado de etiqueta, con su corbata y su chaqueta y aires de funeral.
 Hoy ha sido el velatorio de ese amor truncado, cantado cuál fado y recordado por un solo asistente, yo. El miedo ha hecho un hueco en la tierra para preparar la ceremonia en la más estricta soledad de mi corazón.
 Se ha hecho saber que algunos dedos de frente dirán unas palabras solemnes en vistas a darle un tono cordial y entrañable y serán los encargados de poner las monedas en los ojos ciegos para pagar el peaje a Caronte, el transportista que se encargará de depositar el cadáver en el lugar más lejano posible. 
El objetivo es evitar fantasmas futuros de espíritus divagando en ausencia de paz asustando al personal y provocando un estropicio. De este modo nunca podrán volver a salir y hacer de las suyas.

Cordialmente, yo. 

Pd: y no, no era ella la dueña del paraguas amarillo después de todo. 

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abril 25, 2021

  


Y de repente, así sin previo aviso, un día aparece la versión mas bonita que has visto de todos tus sueños. Todo lo que un día soñaste que la persona a la que quieres a tu lado tenía que ser. Y no sabes muy bien como reaccionar, la emoción y el miedo a perder se entremezclan en una nube etérea que no te deja pensar con claridad. Ya no sabes si estás soñando o estás viendo la realidad con tus propios ojos. 

Todas esas señales que una vez dejaste en el camino, todos tus aciertos, tus errores, todas las noches sin dormir, las lágrimas derramadas y los proyectos a medias están ahí cuando giras la cabeza. Y como si fueras el próximo condecorado héroe que acaba de llegar de una importante conquista, ves ante ti las escalinatas del éxito que siempre quisiste ostentar. 

Y arriba, en lo alto, a solo unos peldaños, ella. Esperando para entregarte tu corona de laurel por haber sido exactamente la persona que esperaba que fueras. Pero de repente, como si de una pesadilla horrible se tratase, se abre el cielo y te cae un rayo llamado realidad. Y te parte en dos. Y cuando ya pensabas que estabas a salvo te ves inmerso en una batalla contra ti mismo, una épica y nada agradable pelea entre tus mas sinceros miedos y tus deseos y anhelos más íntimos. Y te entran las dudas. De repente has olvidado como esgrimir tu espada del valor y derrotar al mal que se aferra a ti intentando consumirte. Ya no solo no sabes si subir la escalinata, sino que olvidas hasta el como hacerlo.

 Quieres serlo todo. Quieres entender y ser entendido, comprender y ser comprendido, atender y ser atendido. Quieres ser la mejor versión de ti para ofrecérsela en bandeja de plata a la mejor versión de ella. Y no puedes dar un paso en falso, porque si hay algo que has aprendido sin lugar a dudas, es que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Y cualquier palabra fuera de lugar o interpretada de manera errónea puede hacer las veces de puñales clavados en tu cuerpo de Cesar. No son los demás, es tu propia mente la que te traiciona y te deja en evidencia. Consejos vendo pero para mi no tengo. 

Y la inestabilidad te embriaga. Y las dudas se apoderan de ti. Y ya no hay vuelta atrás, y tu lo sabes. Es ahora o nunca. O subes o no lo haces. Por un lado no puedes parar de pensar en la comisura de sus labios. Ni en los destellos plateados de su pelo, que lejos de hacerla parecer oxidada le dan un aura de unicornio plateado de esos que sabes que sólo verás una vez en la vida, como mucho. Por el otro, tus meteduras de pata que te ponen en una posición poco probable para subir con éxito.

 De repente te viene a la mente lo que ya decía Hamlet en su soliloquio, ser o no ser, esa es la cuestión. "Esta previsión nos hace a todos cobardes, así la natural tintura del valor se debilita con los barnices pálidos de la prudencia, las empresas de mayor importancia por esta sola consideración mudan camino, no se ejecutan y se reducen a designios vanos." 

Y sabes que, yo no quiero ser Hamlet. Yo quiero ser Romeo. Yo quiero amar y ser amado. Llorar solo de alegría y reír sin parar porque el mundo se puede quedar esperándonos mientras tu y yo estemos juntos caminando por un sendero hacía la felicidad. 

No quiero ni deseo nada más intensamente que eso. Solo poder sentir eso. Sé que eres tú y es contigo. Y luego que la vida me lleve si es menester, preso de pedir deseos imposibles a cambio de solo un alma. Nunca he estado más seguro de nada en toda mi vida. Pero que antes me permita subir esos escalones y decirte que eres la persona más bonita que nunca jamás en toda mi vida tuve el placer de conocer y que tan solo necesite dos segundos para darme cuenta. Uno para verlo y otro para comprender y aceptar que eras real. 

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abril 20, 2021

Tragicomedia polisémica

"Si yo fuera atún, nadaría a contracorriente" le dije, para que el tiempo se pase en un Abril y cerrar de ojos. "Y seguro que moriría electrocutada" me dijo ella. Lo nuestro fue breve, fue amor a primera Birra. Y ella alegó que yo, por no saber, no sé ni como me siento. Yo le contesté que normalmente en una silla. A ella no debió hacerle mucha gracia porque saltó por la ventana más próxima hasta caer sobre la luna más próxima  (pareció la de júpiter por lo menos de lo que tardó en caer) y mientras yo le gritaba "Paloma ten cuidado que no eres una boxeadora de peso pluma, que de pájaro solo tienes el nombre", ella por su parte me miraba con un resentimiento que parecía sentir dos veces al mes, con lo Agosto que estábamos.

Al menos me quedará su recuerdo tan fugaz e intenso como un Fotón que tenía en la mesilla de noche. Al final caí en la cuenta de que el tiempo todo Locura pero que de mientras corremos Estúpidos Velos hemos de saber lo que somos. Eso le dije a la camarera que me atendió y muy amable me replicó: " cómo el café?". En ese momento yo caí en la cuenta de que mi café había pasado de ser Bombón a Expreso, luego un Cortado y de ahí a un Solo seguido de un Capuchino por un par de meses hasta que me volviese encontrar como se diría mesa en inglés. Pues eso.

Así es que no supe muy bien que contestar. Ante mi cara de póker amigos ella decidió recomendarme: "tomate este, tomate eso, tomate aquello", y yo le dije que no era muy de ensaladas pero que saldría con ella siempre que hubiese un buen chuletón como buen chulito que soy.

Total, que al final contraí matrimonio el mes pasado, "será contraje" decía el amigo al que se lo contaba, y yo le respondí que obviamente, no iba a ir en chándal. También me preguntó como nos conocimos. Yo le conté que nos dimos un Verso y nos metimos en un grave Poema. En resumen, que la cosa no salió bien. "te dejó al revés? me preguntó el, yo le contesté que me dijo "jodete".

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marzo 02, 2021

Anécdotas de madrugada



 Es muy difícil vivir siendo humano, para eso existe el whisky. El otro día le dije a una chica que las había visto mas guapas, pero lo cierto es que no veía bien. Tratando penosamente de rectificar mi blasfemia traté de emprender acciones legales contra mi ebriedad mientras me plantaba en su portal a altas horas de la madrugada y le regalaba mi labia en frasquitos pequeños para llevar.

 No todos los iris tienen arco, le dije, mientras ella fruncía su ceño en posición de matar. Al ver que no se despejaban las borrascas que me acechaban detrás de la siguiente palabra fuera de lugar, opté por sugerir que el poder de la imperfección radica en la esencia de nuestros actos. Pero claro, estaba hasta arriba del desinfectante más potente para las heridas que puedas adquirir en el mercado pasada la medianoche.  

Ante el evidente rechazo y en un atisbo de intentar hacer por sujetar mi orgullo herido sobre una estaca como si fuera la espada del mismo Damocles, esboce una sonrisa y alegue a toda prisa que "yo era mas de museos que de musas" y que mi mente era un paraíso fiscal con licencias vip donde sólo yo puedo inmigrar y emigrar sin necesidad de permisos de obra y reforma. Como podréis imaginar no me fue demasiado bien, pero tampoco dramáticamente mal, 0 grados, ni frío ni calor, como diría Benny Hill. 

Y aquí sigo, anclado en la cola del paro del amor clandestino de las noches de domingo mientras respiro aliviado por haber evitado una catástrofe nuclear en mi sistema nervioso provocado por los ojos más bonitos que nunca jamás he visto y que podrían haberme embargado todas mis propiedades de melómano rockero y de fanático empedernido de la razón que conservo yo en propiedad exclusiva y sin ánimo de prestarla a ningún otro ser vivo desde el 89.

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enero 16, 2021

Érase una vez (Parte 2)


 En un mundo en el que la gente de tu alrededor te violenta física y psicológicamente hablando, el ser humano tiene delante alguna que otra decisión por tomar. Pero quizá la más importante sea el elegir si prefieres luchar o rendirte. Estas dos respuestas llevan irremediablemente a hacer de tu mundo algo muy cruel e indigno. Pero no tantos se plantearon simplemente la doctrina estoica, aguantar. Aguantar no es luchar ni rendirte, pero es las dos cosas al mismo tiempo, sin embargo. Es una compleja solución para un problema sencillo y difícil. Un elegante broche a la respuesta que te conviene y que sin embargo deja secuelas mucho mas que inteligibles.

En mi caso fue aislarme por completo de la sociedad y vivir mi propia vida con mis aciertos y errores sin esperar nada de nadie ni nada a cambio de nada. Incluso cree una burbuja a mi alrededor que solo podían atravesar las mentes de los escritores ya fallecidos a los que leía incesantemente. Me encerré en mundos de imaginación supina donde yo tenía el poder de decidir mi propio destino, sin intermediarios, sin consecuencias buenas o malas. Solos yo, mi espada y mis monstruos por derrocar en sus malvados tronos de incomprensión.

Con el tiempo, esa burbuja se fue retroalimentando como el que pasa de inventar un mecanismo primario a una máquina de proporciones épicas. Mi mente había estado trabajando a mis espaldas mientras yo pernoctaba en fase REM y ella misma se retroalimentaba de esa mezcla de ego auto otorgado y de rabia y furia por vengarme de aquellas personas y situaciones en la vida que me habían hecho sufrir y padecer. Y el resultado fue algo brillante, una Super doble personalidad.

Hago aquí una pausa para dejar bien claro que en modo alguno se trataba de una enfermedad que me hacía actuar de manera errática o suponía cambios de humor radicales en un microsegundo. Sino más bien un escudo mas grande que el de cualquier emperador. Una personalidad chocante y efusiva que me permitiría relacionarme y vivir el día a día en una especie de modo stand by.

Para cuando me di cuenta de lo que mi propia mente había creado ya era demasiado tarde como para luchar contra ello, así es que decidí sacarle el mayor partido que pudiera. Nunca más y desde entonces me importarían realmente las ofensas, las conversaciones irrelevantes o la opinión en general de aquellas personas que no tuvieran mayor trascendencia para mí.

Me hice fuerte, muy fuerte, tanto que sin darme cuenta me había enfrascado en un sinfín de noches de bohemia sin ilusión y solo endulzadas por los licores que me permitían apenas recordar un ápice de la noche anterior.

Pero, sin embargo, mi otra parte del cerebro tampoco estaba trabajando porque las injerencias de mi perfil sociópata superfluo me impedían tener horas rentabilizables de trabajo para conmigo mismo al día siguiente.

De repente, un buen día, tras dos conversaciones con dos personas cuya opinión y trabajo siempre respeté me abrieron los ojos y me despertaron tirándome un cubo metafórico de agua sobre mi mente dormida para solo entonces darme cuenta de que llevaba tiempo sin haber nadie al volante. Y era la hora de volver y limpiar el estropicio, o al menos de evitar por todos los medios que volviese a suceder alguna vez.

Y tras ese momento, volví a mirar al cielo en busca del criterio de las que siempre habían sido mis guías espirituales y el método mas propedéutico de mi imaginación, las estrellas, las fugaces y las que no lo eran. Al fin de cuentas, como dice la ya resabida frase: “dicen las estrellas que los fugaces somos nosotros”.

Así pues y sólo después de comprender que una estrella fugaz en realidad es solo algo que nosotros vemos a destiempo y mal, entendí que me sentía mucho más cómodo cuando ellas o quienes fuera que vivieran en ellas me dieran las respuestas que yo necesitaba. Y que no necesitaba quizá pedir como deseo “volar” sino “volver a volar”, porque yo ya había volado, estoy seguro de ello, quizá no con mi cuerpo, pero si con mi mente.

Algo más fácil de entender para un budista que para un agnóstico de a pie. Todas mis respuestas estaban ahí arriba, sólo necesitaba sacar mi mano y usar la pantalla táctil que mi mente se encargaba de dibujar sobre el mapa de estrellas. Y ese día, ese día cambió todo.


                                                                                    DPM
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Érase una vez (parte 1)


 
¿A dónde va el humo del cigarro que te fumas mientras contemplas el cielo estrellado? ¿Qué es la pareidolia? ¿Por qué el ser humano es tan sencillo y complejo a la vez como para dejarse influenciar por un vídeo de internet mientras alguien a tu lado se pregunta si hay algo más después de la muerte?

Corrían principios del siglo XXI cuando empecé a hacerme todas estas preguntas. Desde que era muy pequeño siempre entendí que estaba muy despierto o muy loco, algo que dependía rotundamente del interlocutor con el que estableciese un tema de conversación o con quien me mirase según en que momento de mi vida.

¿Es extraño sentirse más cerca de casa cuando estás absolutamente ensimismado, perdido en un mar de estrellas mientras la tortículis te devora por instantes? No sé si algún día sabre a ciencia cierta la respuesta, pero sí sé que llevo y llevaré cada día de mi vida haciéndome estas y otras muchas preguntas.

A decir verdad, mi vida es toda una incógnita. Nunca tuve mucho aprecio por permanecer seguro, guardar las distancias o ser ahorrador. Mi vida es un compendio de situaciones en las que los errores marcan la pauta con períodos muy señalados de luz y oscuridad. En mis poco mas de 30 años he visto, vivido, sufrido, pensado y llorado lo que una persona que podamos designar como normal o estándar hace en toda su vida.

He tenido accidentes de coche, me han atropellado, me he roto varios dedos e incluso tengo una placa que me permite hacer uso de uno de mis índices. He sufrido dolores inconmensurables, he perdido una tercera parte de la sangre del cuerpo, me han tenido que reconstruir la nariz por haber tenido alguna clase de defecto de fábrica y muchas otras cosas que no enumeraré para no aburrirme a mí mismo.

Y mientras todo eso pasaba yo salía cada noche a mirar las estrellas, fumarme un cigarro, escuchar a Coldplay y a Oasis para sentir que mi mundo, después de todo, no estaba tan mal.

Con el paso de los años ya bien entrada la segunda década de siglo las cosas no iban tal y como yo las había planeado. Parece que después de todo el bullying y el vivir fuera de la ciudad habían hecho de mi una especie de bicho raro que sólo se empeñaba en saber como funcionaba el mundo y tras un breve tiempo había parecido comprender que para poder encajar en el juguete de la sociedad debía ser otra cosa muy distinta. Craso error el mío. Me enfrasqué en fiestas universitarias, situaciones dedicadas al uso y disfrute de personas y situaciones que nada tenían que ver con lo que yo había sido tiempo atrás.

Pasado un tiempo comprendí que todo había sido una gran perdida de tiempo. O no. Había vivido increíbles experiencias sin mirar el reloj o el calendario. Había conocido cientos de personas y visitado los mejores y peores sitios donde alguien querría ir.

Me dejé llevar por la situación y cuando la situación se me venía encima y era el momento de tomar decisiones yo dejaba que el alcohol decidiese por mí. No fue difícil después de todo el dejarse llevar con los ojos cerrados. Si, tuve mis problemas del día a día para costearme un tren de vida, que lejos de ser alto o caro en valores monetarios, sí lo era en términos de salud física y mental. Un día el que había sido uno de mis mejores amigos en esta vida falleció fruto de una maldita enfermedad degenerativa, pero por aquel entonces yo ya no sentía nada ni siquiera con respecto a mí mismo. Fue mucho más difícil cuando por fin abrí los ojos y me di cuenta de que había dejado de disfrutar de algunas personas que habían estado ahí para mí, aunque no fuesen tantas, pero si las suficientes.

Cuando entré en la facultad de derecho lo primero que me dijeron fue que la Justicia era un término relativo. Y que todo cuanto creía sobre la justicia había de ser puesto en tela de juicio. Por aquel entonces no le di mucha importancia, pero en los años venideros comprendería perfectamente a que se estaba refiriendo ese profesor.

Yo nunca le di demasiada importancia a los prejuicios ni a ciertos valores intrínsecos de la sociedad que, a mi modo de ver, no hacían sino dilatar la ínfima distancia que siempre hubo entre lo bueno y lo malo.

Después de todo, ya había comprendido, que lejos de equivocarse el profesor, efectivamente la justicia era, en efecto, relativa. Ese día comprendí además que mentir no era algo tan malo ni tan poco común siempre que uno no se mintiese a sí mismo. No podemos obviar el hecho de que, nos guste mas o menos, la gente al final actúa por una especie de interés propio que no es ni más ni menos que una declaración tácita de que la idea primigenia por excelencia del ser humano es la propia supervivencia. Y en un mundo donde no hay dinosaurios ni otras bestias que marquen las pautas de lo que es un entorno hostil, es el propio ser humano su propia bestia. El hombre es un lobo para el hombre como ya dejó caer Hobbes hacía un tiempo.


                                                                                            DPM


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enero 15, 2021

Contigo o sin ti



Cierra los ojos conmigo y recuerda la primera vez que sentiste esa llama que te quemaba por dentro y que, cual llama olímpica, nunca jamás se apagó. Piensa en aquel día en que estabas haciendo cosas triviales que no alcanzas a recordar, o si, pero que dejaron de ser importantes por motivos que se escapan a tu control.

Recuerda ese espíritu que, envuelto en el papel de regalo mas bonito que hayas visto jamás, apareció delante tuya y te hizo sentir débil, ínfimo, etéreo. Imagínate no tener las fuerzas o sentirte tan inseguro como para no poder acercarte a ella y decirle todo lo que acaba de recorrerte el cuerpo y el alma. Parecía que el tiempo se detuviese y que nada ni nadie más importase. No había espacio, ni problemas, solo un mar de dudas entre tu y ella.

Lo imaginas? Pues ahora imagina que vuelves cada fin de semana solo con una vaga esperanza de poder verla y siquiera decirle un “hola” justo antes de salir corriendo porque no encuentras argumento alguno para iniciar una conversación o piensas que ella te mirará mal y se te clavará en el corazón una estaca que nunca nada ni nadie podrá quitar. Estamos en contexto? Pues ahora imagínate que esa persona se convierte primero en motivo de tus poemas, deseos, sueños y futuros que no tienen sentido pero que no puedes evitar pensar.

Y que luego acaba por irse diluyendo ante el ineludible azote de la realidad y decides ir tratando de olvidar y pasar página mientras esa espinita se te queda clavada porque nunca pudiste demostrarle que tu eras quien le habría tratado como el diamante que es mientras podías ver claramente como sólo jugaban con ella por diversión para luego dejarla hecha unos rastrojos en el suelo sin nadie ni nada que pudiera consolarla lo suficiente.

Imaginas ese dolor? Esa empatía que te hace sentir impotencia por no poder darle la solución a sus problemas de adolescente con el corazón roto.

Imagínate a esa persona que te inspiró a escribir poesía. Ella era tu mejor poema. Ella te hizo ser la más estricta definición de romántico que pudieras encontrar en cualquier diccionario. Imagínate que una vez le regalaste una rosa pero no pudiste acompañar ese gesto con nada mas que una sonrisa impávida.

Imagina que descubres que estás loco perdido por la comisura de sus labios, y de su mirada perdida. Y que estás en una peligrosa frontera entre querer a esa persona y obsesionarte en exceso. Y que decides pasar pagina, seguir tu vida y vivir en busca de nuevas historias de amor que por una u otra razón terminan por saberte a poco. Ella era la que hacía desaparecer todos tus problemas. Imagina que todo esto es real pero que nunca pudiste contarle todo esto a ella. Imagina la sensación de sentir que te dejaste tu mejor obra en el tintero por miedo a dar un paso en falso hacía un vacío de seguridad, en el que casi seguro que terminarías por caer hasta el mas oscuro rincón del olvido.

Ella era tu primer y único prototipo de belleza, porque solo hiciste prototipos porque entendiste que lo único que podías hacer era buscar lo mas parecido a ella que pudieras encontrar por ahí.

Que conviertes ese estado de “casi como ella “ en lo mas perfecto que vas a encontrar y ni siquiera así lo encuentras. Lo imaginas? Imagina que es tan genial, que ni ella misma se da cuenta, pero que, sin embargo, en cualquier contexto y en cualquier situación pueda aparecer una persona que, como tú, se de cuenta de lo que tu has visto y decida ir a por su corazón sin que a ti te de tiempo a reaccionar o que, tal vez, ni siquiera puedas porque sientes que no eres suficiente para ella.

Y que tu no mereces el honor de tener la exclusividad de su mirada de afecto. Imagínate que la olvidas, consigues por fin dejar de pensar en ella pero sin evitar tener un flashback de proporciones inconmensurables cada vez que ves una foto suya o te cruzas con ella.

Imagínate que pasan los años y de repente, vuelves a recordarla por alguna extraña casualidad. Y ella está sufriendo por un desamor. Han pasado muchos años y no sabes muy bien que decirle y como. Pero lo que si sabes seguro es que no quieres que esté mal y que necesitas hacer algo para que saque esa sonrisa a relucir de la que un día tu quedaste prendado. Y de que ella exhale y suelte todo lo malo y pueda volver a respirar y retome ese brillo que, aunque no te incluya a ti, sabes que se merece tener.

¿Qué has de hacer? Qué has de hacer si crees que ella nunca te verá como realmente eres debajo de una dudosamente atractiva carcasa. Que has de hacer si no puedes contarle con palabras lo que eres y no tienes ocasión de demostrárselo, y si así fuera, nunca reunirías el valor de decírselo por miedo a llevarte ese rechazo que conseguiste de una dudosa manera eludir siendo solo un adolescente.

Imagínate que quien se hace todas esas preguntas soy yo, y de quien hablo eres tú. Y que no encuentro la manera de decir nada sin pensar en que no quiero arruinarlo todo, ni provocar que nunca jamás vuelvas a querer dirigirme la palabra.

Porque todos los artistas se enamoraron de sus musas pero, algunos consiguieron comer perdices con ellas y otros muchos no, algunos pudieron seguir teniéndolas presentes y lo suficientemente cerca como para seguir siendo creativos para con el mundo que les rodeaba, y otros muchos solo encontraron amparo en el final de sus vidas para evitar lo más difícil para cualquier romántico empedernido, vivir sin amor.


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agosto 03, 2020

Des-ventajas de uno mismo



Era como si pareciese que si pero no, como cuando arrancas una harley para escaparte... al supermercado. Como volar sin tener noción de aerodinámica o navegar sin rumbo. El azote de la disciplina y de lo que debe ser, a veces solo en su mente. Se tomaba siempre dos copas de más y se tiraba en pasos de cebra solo para sentir la adrenalina de ser de verdad. Era... un puto caos.

A veces concatenaba lunas sin sol de por medio, con ese horario vespertino tirando a noctámbulo empedernido del silencio y de exprimir la máxima de que a partir de las 12 no sucede nada bueno.

Orgulloso abanderado de la filosofía de pensar en el porqué de todo sin encontrar algunas de sus respuestas pero sin dejar de buscar en los mas exclusivos rincones de la sabiduría de Internet. Siempre hacía la cama y se rezaba a sí mismo que ese sería un gran día, justo antes de darse cuenta de que no había comprado nada para desayunar.

Prefecto de la prestigiosa organización mundial del "y si hubiera hecho esto otro" y fanático de ver las caras largas de gente sin trascendencia para él, a las que contestaba con una sonrisa de oreja a oreja sin importar que no fuera a ser apreciada.

Pues bien, ese soy YO.



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febrero 17, 2018

Soy yo


Soy un loco. Un loco por vivir experiencias, mensajes y sueños. Soy un Julio Cesar entonando el Alea iacta est antes de cruzar el río Rubicón. 

Soy inmaduro, para todo lo que no requiere ser una calcamonia de la seriedad. Soy un tipo entrañable, eligo siempre el camino que Beethoven y Ríos pautaron para mi. Soy sobrio, una hora al día durante algunas veces al año, el resto, como Tyrion, bebo y sé cosas.

Soy diferente, como todo el mundo dice, pero de verdad. Soy el alter ego de Jekyll y Hyde. Soy un libro abierto, impregnándose de pensamientos que se reflejan en textos y que narran lo que cada día aprehendo (si, con h) de mi alrededor. La locura me alimenta y me frena pues destruyo en mi soledad y guardo el criterio para cuando los locos son los demás.

No tengo celos, bueno si, como 2 rollos para pegar fotos de buenos ratos de cuando no hay tonterías y la filosofía la marca el akuna matata. Soy más bien de ir rápido, no me gustan los trámites, la burocracia, andar o ir conociéndonos. O todo o nada, o el pack megasuperultra o je ne sais pas.

Soy el amo y señor de mi destino, así es como llamo al menos a mi habitación según Google maps. La colonia adereza mi aura para que sea más difícil de conocer de verdad. Joder, no iba a dejar que todo me fuera fácil. Un poco efusivo, un poco radical, un poco hater de lo nuevo.

Atrapado en una época que no es mía, viviendo en un planeta distinto sólo hasta que Lansdorp me lleve de vuelta. Soy yo, admirador de lo etéreo, de las buenas conversaciones, de las reflexiones en voz alta. Admirador de ti, que me regalas lo más valioso que tienes, tu tiempo, porque consideras que merezco ser leído.

Soy soy soy soy, que más da lo que yo sea, que más da lo que seamos todos, demasiadas etiquetas ponemos en nuestras vidas, demasiados momentos truncados porque "yo no soy así". Vivamos joder, que nunca se diga nunca porque esa palabra sólo es la llave del baúl de todas esas cosas que guardamos sobre nosotros porque no están bien vistas. Que el criterio es fabuloso, como comprarte un nuevo abrigo, pero no hace falta demostrarlo a los demás sino sólo y casi exclusivamente a ti mismo. 

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enero 11, 2018

¿Qué es la vida?


Que es realidad y que es mentira?
Cuando eres niño toda mentira parece verdad,
Cuando eres adulto toda verdad parece mentira.
Así es la vida, que es vivir entonces?
Es un sueño de poder basado en libros de autoayuda.
Son ganas de joder, pero que no te jodan nunca.
Son gente de verdad y también personas cultas.
Es todo un sinvirir, pero que no termina nunca.
Mira alrededor, fiate sólo de tu interior.
Hazte grande, inmenso, la gente te recordará o no, sólo se trata de eso.
Bien y mal son cosas relativas, pero el precio a pagar al final, eso, eso es la vida.

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noviembre 20, 2013

Una bonita peculiar historia.

La protagoniza Tommy Torres y uno de sus fans. Para quienes no lo conocen, tommy es músico y compositor, produjo para Alejandro Sanz, Ricky Martin y Arjona. Canciones como: Quien, Acompañame a estar solo, Como Duele de Arjona y Tu recuerdo de Ricky Martin, son suyas. En definitiva un grande de la música.

Tommy recibió un correo (Bueno, realmente 2) de uno de sus fans, pidiendo ayuda con una chica… os dejo la imagen del mail que compartió tommy

tomytorreee.png

Hasta aquí todo normal… ¿Os imaginaos cuantas cartas, tweets, mails, reciben los músicos reconocidos cada día? Pero tommy decidió ir un paso más, y esta fue la respuesta que le dio a su fan:




http://rafaeltuduri.com/increible-contestacion-de-un-musico-a-un-fan/
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marzo 03, 2012

Hedonismo


Ardo en deseo, quiero acercarme a ti lentamente, oír tu respiración entrecortada, quiero dejarme llevar por esa llama que acabas de encender en mí, tiemblo con solo mirarte, quiero ser parte de ti, llegar al cielo eterno y que mi cuerpo se despierte contigo jadeante de placer, llévame al éxtasis, al sueño eterno de mi alma,  que mi cuerpo muera al fundirse con el tuyo, libérame de estas  cadenas que me atan a la soledad, desátame y hazme tuya una vez más…

Sueño con tus labios, me recreo imaginando tus besos, siento tus manos acariciándome, parece todo tan real… no quiero despertar, quiero sentir el placer de tu lengua rodeando mi cuello, mis pechos, sigue hacia abajo, haz que arda mi tesoro más oculto, rodéame con tus labios y adéntrate en el fondo de ese pozo húmedo y resbaladizo, pero ten cuidado… puede que quedes atrapado en él, sintiendo la lujuria y el deseo de no dar marcha atrás… ahora intentas escapar, le das mil vueltas, intentar escalar y salir, hace calor, ardes de pasión, estás en el infierno y no te has quemado… pero te sientes morir por un segundo y tu mirada se vuelve perdida… hazme gemir una vez más, quiero saciarme contigo y no morir en el intento, bésame y rocía tu aroma por mi cuerpo, no dejes un centímetro sin ser saboreado, devórame y no dejes nada, porque cuando me hayas comido, entonces es cuando seré tuya…
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enero 09, 2012

“El Sueño de los Invidentes” por Txus Leal Tejada


Os dejo aquí el texto que me ha pasado mi amigo Txus para que, con sus grandes y geniales letras os deleite como me ha deleitado a mi, de verdad, un magnifico texto, muy fácil de leer y que a la vez invita a una poderosa reflexión interior.  Quiero darle las gracias públicamente como ya lo he hecho en privado por colaborar con su granito en que este Blog siga creciendo. Os invito a lo demás a hacer lo propio. Sin mas dilación, doy paso al mismo. 

Al despertarme, tras una noche de placido sueño, advertí que no conseguía abrir mis ojos, todo a mi alrededor era oscuro, entreveía siluetas sin forma, como bultos en mi camino hacia la puerta de salida de la habitación. Mi garganta no lograba graznar sonidos de auxilios. Por mi interior desfilaban todas sensaciones de nerviosismo, de padecimiento y de rechazos al ordenarle a mi cuerpo moverse para buscar ayuda.
Entendía que debía permanecer  sosegado en mi cama reclamando  serenidad y sosiego. Tan agotado me encontraba, que volví a quedarme dormido, adentrándome en un nuevo sueño.
Desperté en una gran avenida de cuantioso transito de gente, todos llevaban una venda en los ojos, yo pretendía reclamar su atención pero nadie advirtió mi reclamo. Seguí caminando hasta llegar a una playa y me senté a mirar el mar. La playa permanecía vacía, nadie paseaba, nadie se bañaba, no se oían las risas de los niños, aquella playa, que en ocasiones anteriores estaba llena de vida, en mi sueño persistía muerta.
De repente,  un señor anciano se sentó a mi lado y sin mirarme señaló en dirección a una pequeña isleta en medio del mar.
¿Qué encontrare allí? Le pregunte
La respuesta a tus miedos. Deberás ir nadando hasta allí , es la única forma de llegar. ¿A que esperas?.

No lo pensé ni dos veces, y me sumergí en el mar. La travesía hasta la pequeña isleta no era tarea fácil y comencé a nadar.  El mar estaba en calma, pero a mitad del trayecto las corrientes de aguas frías  mellaban en mi cuerpo, seguidamente un oleaje fuerte se empezó a interponer en mi camino, las olas me agredían con mas rabia al acercarme a mi destino, y las mareas de algas se pegaban a mi cuerpo con la intención de frenar mis brazadas. Desorientado me encontraba  y pensando en volver a la playa, cuando antes mis ojos una mano se extendió y me ayudo a subir a tierra firme, percatándome que se trataba  del mismo anciano que me encontré en la playa.

Deberás esperar sentado y en silencio a que llegue la caída del sol y nazca la noche, con su aparición entenderás el porque de este viaje hasta aquí.
Se alejó lentamente y yo le grite: ¿Cuál es tu nombre,  noble anciano?
Me miró fijamente a mis ojos y esbozo una leve sonrisa. “Me llamo Destino” y te he traído hasta el camino por el cuál debes de transitar buscando tu felicidad.
Al llegar la noche aviste una candente y brillante luz  que provenía de un faro al final de la isleta.

Yo seguía allí sentado, observando como el sabio anciano me había indicado, y poco a poco fueron apareciendo personas a sentarse también ante la luz de aquel  faro.
Mientras se sentaban, dejaban caer vendas de sus manos, y todos mirábamos hacía aquella luz. Había personas de todas las edades, de todas las razas, de sexo masculino y femenino. Todos permanecíamos sentados. Cada vez se aproximaban mas personas y mas vendas caían al suelo. 
Me sentía tranquilo, nadie me miraba mal, nadie me señalaba, todos permanecíamos en un estado de tranquilidad,  de armonía. De repente las personas se empezaron a besar, hombres con hombres, mujeres con hombres, mujeres con mujeres, y seguidamente llegaban abrazos, risas. Nadie miraba a las personas que tenían al lado con desprecio, era todo normal.
Al volverme un chico me abrazo y me beso, me sentía plácido sin miedos. El chico se alejó y una mujer me volvió a besar con el correspondiente abrazo. No me apreciaba nervioso, no padecía inseguridades,  mi cuerpo no rechazaba los besos de la mujer ni  los abrazos del chico.

Se formaban parejas que unidas por las manos se lanzaban al mar para regresar a la playa.
Aquella mujer tomo mi mano derecha y el chico la mano izquierda y los tres juntos nos sumergimos en el mar hasta llegar a la playa. Allí en la orilla nos separamos  y yo volví a tomar el camino de regreso por la gran avenida de mi ciudad.
Seguía el acelerado trascurrir de gente y al pasar a mi lado, sus vendas se caían como las hojas de los árboles al llegar el otoño. Cruzábamos nuestras miradas y sentí tolerancia y compostura cuando me observaban, pero sobre todo una gran liberación de culpabilidad.
La luz del faro era simplemente los esfuerzos de muchas personas para iluminar a todos aquellos que eran invidentes y no deseaban vernos tal y como somos por dentro.

Mi nombre es Txus Leal, era invidente como muchas personas de la sociedad, pero no porque yo no pretendiera ver, sino porque ellos eran los que no respetaban verme a mí y por eso mas que sueños,  sufrí durante mucho tiempo pesadillas.
Como director de este cortometraje, quiero darle las gracias a todas las personas que me iluminaron para escribir este cortometraje, y a todos aquellos que encontré en esa isla  y se sumergieron conmigo en las aguas de su realización.
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diciembre 10, 2011

Lo demás, está de más



Esta noche alcé la vista al cielo, como cada día, como cada noche desde hace ya unos cuantos años. Como un asiduo a tal visión, como un fanático del techo.

Y lo que vi me sorprendió sobremanera. No recuerdo haber visto tal cosa en todo este tiempo atrás. En derredor de la luna, un haz de luz, que se yo, un aura, que oscilaba pendiente con la luna por epicentro. La visión se me ha presentado como un hecho insólito, como un deber de estar ahí hasta que, poco a poco, la circunferencia de colores del arcoíris se ha ido disolviendo o eso creo yo, entre la maleza nubosa.
Por unos instantes estábamos ahí, la luna y yo, y nadie mas, un circulo en que solo la luna y yo cabíamos, y pensé yo, cuan bella prisión es esta que me condena a tan solo poder mirar tan exquisita perla. Por un momento no he sentido sino ausencia de frío, de sueño, de miedo y cualquiera otra de las sensaciones que recorren nuestro día a día. Me he sentido incorpóreo, podía volar mas allá de lo entendible, al margen de toda discreción de razones. Por un instante no he necesitado preocuparme por el amor, por el odio y ni siquiera por eso que llaman futuro designando tal vez el devenir incierto de la vida de cada uno.

Entonces he entendido que esa era un señal, una señal para aprender a discernir que más allá de todo, está nuestra mente y que esta y no ningún otro elemento es la que nos permite volar, soñar, o simplemente ser quienes somos o quienes queremos llegar a ser. Y ahí no existen penas ni llantos, ni alteraciones del alma, y ni siquiera de la rutina, pues es esta la única y exclusiva realización de nuestro propio yo.

A veces olvidamos cuan importante es la satisfacción de reparar en uno mismo y de poder dedicarnos realmente, unos minutos de nuestro valioso tiempo a nosotros mismos. Cosa que dista mucho de ser el echar una partida a un videojuego o salir a tomar una cerveza, que aun siéndonos placenteros a la vista y a algunos otros de nuestros sentidos, simplemente nos ayudan a evadirnos de pensar en nosotros mismos. A la gente le agobia ese espacio infinito que hay dentro de cada uno. Se esta convirtiendo en norma general la evasión por beneficencia para con nosotros mismos, y esto no ha de ser así, porque a veces merece la pena recordar aquella idea de "in midus virtus est" para darnos cuenta de que no debe agobiarnos no quedar con los amigos o con la novia si previamente no hemos quedado con nosotros mismos unos minutos.

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octubre 22, 2011

Erase una vez un hombre precavido…




Había una vez un hombre al que le gustaba tenerlo todo controlado. Ya desde sus orígenes era predecible que no sería un fanático de lo incierto precisamente. Sus padres ya distaban mucho de ser impredecibles. Eran a lo incierto lo que el blanco al negro. Cuando nació sus padres ya le tenían preparada la comunión.
Cuando el chico creció fue adquiriendo esas facultades de prever todo cuanto sucedería en derredor. El chico tenía una lista predefinida en itunes, un número determinado de amigos en facebook, un filtro para las fotos y los mensajes y hasta desvíos en el móvil para llamadas de números desconocidos. El chico no iba a tener que ahorrar tres sueldos precipitadamente para comprar el anillo de pedida de su cierta futura boda.
Cuando el chico tenía 20 años era lo más distante a indiana jones que uno pudiera contemplar. Cuando tenía 40 por supuesto no se encontraba ni la mitad de bien conservado, porque a veces el haces cosas impredecibles te mejora. El chico fue creciendo y había cosas que no entendía, pero a pesar de todo, consiguió salir adelante con su peculiar vida, tuvo una boda como siempre soñó…o casi. Nunca disfrutó de un atardecer en una montaña porque ello resultaba arriesgado. Nunca volvió un minuto más tarde de las 12 a casa porque tampoco sabía lo que la noche podría depararle. Tampoco tuvo jamás un ataque de locura para emprender un viaje o para jugar una partida de póker.
Recorría todos los días 5 kilómetros en bicicleta porque sabía que no podía hacer depender su seguridad e integridad de los frenos de una maquina cuasi totalmente automatizada y cuyo sistema no podía ver. Odiaba la ciencia ficción porque no soportaba imaginar algo que no existía realmente. Prácticamente dudaba hasta de respirar y solo lo hacía porque le era necesario.
Cuando este chico cumplió 80 años sin saber cómo ni por qué, sin una explicación aparente enfermó y cuando supo que era irreversible, que iba a morir, pensó en su propio epitafio. Pensó en que debía poner en el mismo, pero no encontró nada que poner. No encontró nada recalcable que mereciera mención, ni una palabra más alta que otra ni nada por el estilo.
Había llevado una vida ejemplar para consigo mismo y sus propios ideales heredados de sus padres. Pero entonces se dio cuenta de que no había vivido. Se dio cuenta de lo emocionante que debía resultar perderse, saltar una hoguera, viajar de un día para otro o casarte por amor y no en cumplimiento de un deber. Se dio cuenta de que jamás había disfrutado de los pequeños placeres y experiencias que nos depara la vida. Se dio cuenta de que no era nada ni nadie para decirle al destino como quería ser tratado. Pero ya era demasiado tarde. Se encontraba postrado en una cama solo, sin nada que poder hacer para poner tierra de por medio ante tanta incongruencia, sino que más bien la tierra le caería pronto sobre un ataúd muy caro que no sería nada vistoso a tres metros bajo tierra. Y entonces se dio cuenta de cuánto se había perdido por no ser, tan solo, una persona, y entonces tanta precaución de poco servía. Y entonces, el hombre cauto dejo de ser tal, pero ya solo pudo disfrutar apenas de un día en la tierra, solo un día y trató de disfrutarlo aun postrado en una cama, y entonces se fue, se fue, agotado, destrozado, pero cerró los ojos por última vez con una sonrisa que ni Caronte podría borrarle.
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agosto 20, 2011

El comienzo de la Historia





Y allá iba el gran jinete alado, navegando por entre las nubes cual si fuera pluma en el aire. Los vientos acechaban arremolinados en torno a esta silueta, gobernador de los vientos y de los astros magnificientes colocados por su gracia en lo profundo del cielo.
 Aquel que había surcado los siete vientos y cuya majestuosidad se hacía aún más vigente si pudiere en las cristalinas aguas de mil y un afluentes. Descendía armonioso apartando a un lado y a otro la espesura y convirtiendo en bello hasta el último de los escarpados matojos. Posase este sobre la tierra y descubríose la suya verdadera magnificencia cuando mostra la más imperiosa de cuantas hojas vio el mundo. Jamás una espada gozó de tal honor, pues ésta era en verdad la espada del Todopoderoso depositada en manos de un siervo como si de un vestigio se tratase para salvaguardar su causa. 

Díole el todopoderoso la espada y díjole: “Acude presto a resolver la causa de tu afrenta y retorna con tu doncella a lomos de de tan divino corcel. Espero así hacer desaparecer tal aflicción que te acecha y disipar tus dudas amigo, y como tal empresa no es cosa fácil te hago entrega hasta tu regreso de la hoja más bella y a la vez mortal de todas cuantas existen y existieron, la fuerza de los Dioses hecha metal.”

Y allí estaba dicho jinete, conforme se aproximaba a su destino la tiniebla se hacía más poderosa sobre la luz, y dejose ver el poder de su antagonista que hacía caer fuego del mismísimo cielo cual si de lluvia se tratase. Atrás en luz quedó el divino corcel por miedo a que tal oscuridad perturbase su paz interior. Anduvo largo tiempo, al paso del tiempo, cuando hubo dejado una perniciosa montaña tras de sí, topó con el final del camino. 

Y ahí estaba, imperante el mismísimo señor de la oscuridad en actitud del que lleva tiempo esperando un momento, y a su espalda, el más cruento de cuantos castillos había contemplado este, aunque tan oscura magnificencia no fuese suficiente para acallar los gritos de auxilio de la dama más bella de todas. Tal era su belleza, que un aura la rodeaba iluminándola, como intentando separarla de la oscuridad, como si el aire no fuera digno de acariciar su piel. 

El ambiente se cargaba de intensidad a cada momento, y entonces, sólo entonces que la oscuridad hubo invadido cada uno de los recovecos entrañados de tan cruenta visión, el mismísimo señor de las Tinieblas hizo nacer de entre sus manos un haz aun más tenebroso si cabe que la propia oscuridad y la arrojó a los cielos quebrantando la tormenta por un momento e invocando al mismísimo Dragón alado de los cielos. 

Este descendió de un aleteo y se lanzó contra nuestro caballero blanco cual si fuera a engullirlo de una sola intentona, Entonces éste, en una maniobra magistral, desenfundó la gran hoja al instante que la clavaba en la yugular de la maligna criatura. La oscuridad pareció menos tenebrosa por un instante cuando tan cruento monstruo cayó a tierra desalmado e inerte.

 La imagen no dejaba de resultar utópica, el gran monstruo alado yacía en la superficie terrenal como si fuese la primera vez que la tocase. Entonces el Señor Oscuro quedó perplejo ante tan insólito acontecimiento. Tomó su escudo en mano, dejose la capa en tierra y desenvainó su hoja, que más bien parecía hecha de miedo que de metal.

Una afrenta mortal tuvo lugar entonces, el ruido que producían las espadas entrelazadas rompía el silencio ambiental. Los guerreros no daban cuenta de lo que sucedía en derredor, pero lo cierto es que la naturaleza permanecía inmóvil tanto o más que expectante y parecía notar cada golpe como el triunfo de una idea sobre otra. Las cuchillas se enzarzaban entre sí cual si cobrasen vida. Pero yendo más allá, esta afrenta rompía todos de cuantos límites disponía la naturaleza.

No había esquema posible de lo que sucedería a continuación, lo cual frustraba al Señor Oscuro, acostumbrado a denotar sus acciones de augurios venideros. Esto fue aprovechado por nuestro héroe que en un descuido de su oponente le asestó una puñalada que atravesó el corazón de este, si es que tuviese, pues su pasado no reflejaba tal cosa.

Dejose atrás el cadáver inerte de su oponente y opresor y acudió presto a rescatar a su doncella. Ésta le complació con un canto tan divino que rompió la oscuridad que habitaba a su alrededor y diole el más sublime de cuantos besos podría obtener un caballero. Tales labios parecían una imagen de la gracia de los Dioses, esculpidos por estos quizá.
 
Ambos regresaron a su hogar a lomos del corcel. Sus vidas nunca volvieron a ser las mismas tras la experiencia acontecida pero la tuvieron presente el resto de sus vidas. Tal vez por esto mismo acabaron las mismas largo tiempo después tras una vida plena y llena de felicidad.
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junio 10, 2011

Sensualidad. Descripción Gráfica


He Aquí otro de los textos de Mari, lo subo, entre otras cosas, porque me parece sumamente atractivo de leer. Es un texto sobre un tema poco mascado (en comparación con otros tópicos) y sobre el cual no muchas personas pueden presumir de escribir, bien.  A continuación os dejo el texto, al mas puro estilo de Catulo.
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Ardo en deseo, quiero acercarme a ti lentamente, oír tu respiración entrecortada, quiero dejarme llevar por esa llama que acabas de encender en mí, tiemblo con solo mirarte, quiero ser parte de ti, llegar al cielo eterno y que mi cuerpo se despierte contigo jadeante de placer, llévame al éxtasis, al sueño eterno de mi alma,  que mi cuerpo muera al fundirse con el tuyo, libérame de estas  cadenas que me atan a la soledad, desátame y hazme tuya una vez más…
Sueño con tus labios, me recreo imaginando tus besos, siento tus manos acariciándome, parece todo tan real… no quiero despertar, quiero sentir el placer de tu lengua rodeando mi cuello, mis pechos, sigue hacia abajo, haz que arda mi tesoro más oculto, rodéame con tus labios y adéntrate en el fondo de ese pozo húmedo y resbaladizo, pero ten cuidado… puede que quedes atrapado en él, sintiendo la lujuria y el deseo de no dar marcha atrás… ahora intentas escapar, le das mil vueltas, intentar escalar y salir, hace calor, ardes de pasión, estás en el infierno y no te has quemado… pero te sientes morir por un segundo y tu mirada se vuelve perdida… hazme gemir una vez más, quiero saciarme contigo y no morir en el intento, bésame y rocía tu aroma por mi cuerpo, no dejes un centímetro sin ser saboreado, devórame y no dejes nada, porque cuando me hayas comido, entonces es cuando seré tuya…


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junio 03, 2011

Ensayo sobre el Destino personal


He aquí el ultimo de los textos que he recibido de Buyolo, os recomiendo que lo leáis detenidamente porque no tiene desperdicio alguno y porque habla desde su propia experiencia personal, la cual por cierto parece mucho mas desarrollada que la mayoría de las personas que le leemos, entre los que me incluyo, y de buen seguro tenemos mucho que aprender. Un saludo a todos!

    - Destino-

                Ya no recuerdo cual era el camino, alguien me lo dijo alguna vez pero me he perdido y ahora estoy en el andén del olvido pensando qué fue de mi persona. Quisiera volver atrás, pero alguien me ha borrado la senda  y una voz me dice: “…cuando no hay camino, se hace al andar…”. Yo busco el mío con convicción, pero encuentro un cartel que dice que ya no hay camino, que voy derecho a la perdición. De repente una voz que grita “último tren”, y en él busco mi futuro, me subo, parece que va muy deprisa y yo, aturdido, medio drogado, me bajo en la próxima estación. Ahora me encuentro aquí sentado, en un banco, viendo pasar los trenes, como si fueran años, tan fugaces que me mareo; me enciendo mi último cigarrillo y pienso en todo lo que he dejado.
                Recuerdo perfectamente lo que tuve que dejar, lo que tuve que perder, para al final llegar hasta aquí; yo con mis viejos pensamientos que me corroen, como la carcoma a la madera vieja; y el anhelo del tiempo me viene al pensamiento; la melancolía, el querer saber que fue de aquel niño, aquel que soñaba con ser mayor y que ahora sueña con volver y regresar a un tiempo mejor. De repente un hombre viejo y cansado me invita a subir, me dice que ya no volveré a tropezar, y  yo me subo a su coche viejo y desaliñado pensando  en que el camino será mejor. Mi cuerpo parece que reacciona y echa andar; y aunque dicen que el camino es para todos igual,  parece que en el mío hay muchos vacios y ya no recuerdo ni como he llegado hasta aquí. Intento recordar para no volver a tropezar pero siempre vuelvo a caer y mis rodillas ya no pueden más, “…el camino es largo y hay que andar…”, decía el sabio; pero yo no tengo un destino ni un lugar al que llegar. Busco una señal que me guíe y  encuentro un lamento  que no cesa; de repente una inspiración que se va y una idea que regresa a mi cabeza, espero un día que jamás  llega y un final que se acerca, y aunque soy una gota que en el océano se diluye, aún sigo siendo aquel que se resiste a perder.
                Decido hacer un alto en mi camino, me quedo en una fría cuneta y allí el candor de una mano que se ofrece y un cálido aliento sobre mi nuca me estremecen el cuerpo, a la vez escucho una voz que intenta guiar mis pasos, me giro y no hay nadie; yo conmigo mismo; la voz es la que en su día fué de aquel ingenuo niño ilusionado por vivir, el cálido aliento fugazmente se torna frio y triste; la mano que se ofrece es la mano del recuerdo que le ofrece a mi memoria un leve esbozo de alegría, en ese momento mis ojos exclaman una lagrima tan viva como el recuerdo que me persigue y no cesa. Sólo entonces me pregunto cuándo aprenderé que del pasado no se vive; intento conversar con mi yo más inquieto, aquel que me dice que no he de seguir mirando atrás y que he de tomar un camino y una meta, y tan sólo le contesto que prefiero viajar en mi memoria, que soy feliz soportando mis tormentos. Y aquel camino  de repente se torna sombrío, la noche se cierne en ese mismo instante y decido tomarme un tiempo de reposo para recargar energías; aún así no lo consigo porque me paso la noche pensando en mis ambiciones de juventud.  Al otro día al levantarme con las primeras luces del día decido recoger mi escaso petate y continuar por el camino que hace años elegí, y cuando decididamente levanto la mirada con un atisbo de esperanza hacia el futuro me doy cuenta que de nuevo la senda ha sido borrada, que no hay principio ni final, ni carteles que guíen mi paso firme y constante; el mapa lo borraron las lágrimas al atardecer y la brújula la vendí para coger el último tren.
                En aquel momento la esperanza se torna en rabia incontrolada y en furia desmedida, y se escucha la voz de mis adentros diciéndome… “te lo dije, tendrías que haber seguido un camino y una meta, ahora ya es tarde déjate llevar por el aire...”. De repente noto un cambio, no sé si la experiencia o la iluminación divina, pero esa rabia y furia ya no se tornan en tristeza sino en determinación. Determinación a no guiarse por nada y a no hacer caso a ninguna señal, determinación por guiarme por mi instinto y mi sabiduría que no es mucha; y pienso que es el momento, que mí hora a llegado; meto la mano en el desgastado bolsillo de mi pantalón y saco un viejo carboncillo que una persona anciana una vez me dio diciéndome… “hijo mío guarda esto y no los desperdicies, alguna vez te será muy útil”…
                A partir de entonces decidí que no iba a tomar ningún camino marcado, ni ningún rumbo establecido hacia ninguna meta, simplemente con aquel carboncillo dibuje mi meta e hice el esbozo de un mapa, mapa inventado por mí para alcanzar mi destino, me definí un decálogo de normas básicas para seguir en épocas de grandes temporales en los que me pierda en mi propio camino; y aunque tardé largo tiempo en aprender a dibujar mi destino sabia que ya nada me iba a frenar; había merecido la pena esperar  tanto que me sentía a gusto conmigo mismo.
                 El largo viaje sin rumbo no había sido tan en balde; aprendí a viajar en la soledad y guiarme en la vida sin luz, tan sólo siguiendo las estrellas del firmamento, perdí el miedo a la oscuridad y me deshice del lamento que corrompía mi alma, de tanto llorar pude enjuagarla con el cubo de lagrimas que guardaba junto a mi cama; me deshice del lastre que había acompañado mis sentimientos, me volvieron a crecer alas para volar, se curaron mis heridas y me compré un barco corsario que tenía mi destino por bandera, memoricé el mapa de mi porvenir y en una remota isla lo enterré junto con mis penas y mis recuerdos, para que nadie supiera de mí, ni de mi camino. Y en el tiempo que vagué sin rumbo aprendí a disfrutar del viaje en cada momento, a aprender de la experiencia, a que los errores fueran una enseñanza y no un muro infranqueable, y a que los años fueran una bendición y no un peso; a que cada día es una oportunidad de cambiar, y aunque ya hubieras desaprovechado muchos, cada mañana vuelve a salir un nuevo sol y con él una nueva esperanza; que el cambio no es inmediato, sino lento y constante, a valorar mis escasas pertenencias, a defenderme contra la adversidad y a derribar todos los muros con los cañones de mi barco; aprendí a buscar en el desierto, a nadar en el océano, a ver en la oscuridad,  a cazar en la jungla y a sobrevivir en la nada.
                Tras largo tiempo de búsqueda, sigo sin encontrarme, y eso ya no me preocupa, los años no me pesan, los días no me asustan y los retos ya no me dan miedo, hace tiempo que perdí el miedo a perder y que aprendí que en plena tormenta tan sólo yo soy capaz de izar las velas de mi barco y cambiar de rumbo; ahora tan sólo me inquieta qué me deparará el mañana, el nuevo día que surge de la tiniebla qué nuevos retos me traerá. Aguardo ansioso surcando las olas del presente, saltando los baches del camino, atravesando acantilados, derribando los muros una nueva caída que me haga levantarme más fuerte cada día, que me haga sentir vivo y que tan sólo yo manejo el timón de mi destino. Y ahora es cuando me doy cuenta que en cada puerto se hace un compañero de viaje distinto y que de vez en cuando es bueno visitar a la soledad, lo malo es quedarse en ella; por todo lo aprendido doy gracias de haber vivido y de empezar a notar como el aire mece las velas de mi barco.




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