Belleza Helénica

 

Soy todas las caricias que no recibí,
todas las Venus desmitificadas.
La sirenita de Copenhague,
un poema sacado de contexto,
y cualquier cuento de hadas
que en algún momento soñé ser.

Yo soy fuego en una tarde aciaga,
lamento en vísperas de verano
luz del primer rayo del día
y luciérnaga de la pasada primavera.

Soy la razón de todos mis pecados,
la tenue línea que discierne infierno 
de un cielo etéreo recién dibujado.

La bóveda de mi propio conocimiento,
la gladiadora de mis estados,
mentales transitorios y los publicados.

La trompeta que lleva a la guerra,
el Narciso de tu Eco,
la cicatriz de un día en la montaña
y el olor de la ropa de invierno.

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C'est la vie

La vida es puta,

La vida es verso,

estrofa y canción. 

La vida es sueño, 

De domingo y de esclavo

La vida es un ton sin son.

La vida es muy larga, 

Al cobarde le amarga, 

Al pobre le ata

Y a desesperado 

Le deja sin voz.

La vida es lo que pasa 

Morfológicamente amordazada

entre la Be y la V

Y entre una mente y una soga. 

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Me da Igual

Todo ya me da igual

Tus malditas manias

Lo infinito del destino

O como tiras a la basura 

La razón con tus mentiras. 

Todo ya me da igual,

Que le metas todo al rojo

Y te dejes todo el sueldo

En busca de consuelo

Para sueños rotos.

Todo ya me da igual,

Cada uno de tus antojos,

Y si esos ojos rojos

Son por los porros

O las ganas de llorar.

Todo ya me da igual,

Los domingos a tu lado

Ver tu foto en un cuadro

Como lo que tengo aquí, colgado,

Y me refiero al corazón. 

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Días de Verano

Días de verano roto. Plagados de horas no recreativas que conducen a ninguna parte, salvo a contadas cervezas por aquello de coger oxígeno más allá de un ventilador.

 Días de sol y playa con quemaduras en los que maduras sin darte apenas cuenta y empiezas a valorar el paisaje en derredor. El bronceado justifica lo negro que te pone el vacío en que divagas cada vez que tienes tiempo de pararte a pensar.

 Amaneces a oscuras y te duermes a plena luz. Vuelves al horario de otras noches locas pero con un giro de guion llamado responsabilidad. Te entretienes en las introducciones sobre tu propia persona que le cuentas a otras intentando llegar a no se que lugar. 

Subes fotos con metáfora y escuchas las baladas de los grupos que escuchabas antaño y que saltabas para no arruinarte la poca autoestima de la que hacías gala y no digamos nada sobre la motivación. 

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tendencia plus

Ayer volví a abrir tinder... por tercera vez este año. Hablé con las paredes de mi propio subconsciente sobre las ventajas de no tener que acercarse a una chica con un pretexto igual de válido que un mitjá en Estocolmo. 

Y tinder me preguntó que como describiría yo. Que como me describo? Pues está claro, soy un puto incomprendido que acostumbra a disfrazarse de payaso... Y que más? Ah no, espera, que se trata de que le gustes a alguien. Mejor pongo "soy un tipo entrañable, amigo de sus amigos, gracioso...". Ya está, si con eso y un par de fotos apretando barriga no ligas es porque no quieres, es evidente.

Soy de esas personas que no tienen match todos los días. De los que esperan hasta perder la fe porque saben que como mucho serán el penúltimo de la cola en ser elegido para el team Maria. O Elsa..o como quiera que se llame la siguiente chica en hacerse una apañada agenda de "one night stands/fracasos en el amor sin motivo aparente".

Total, que estuve surfeando por entre los mares de almas rotas buscando consuelo durante un rato sin dar mucha cuenta de que clase de seres humanos tenía delante al otro lado. Como hacemos todos los usuarios imagino.

Y me di cuenta entonces de que usamos una herramienta que sirve para hablar y descubrir para ligar al más puro estilo primitivo pero cambiando el intermediario de un gin tonic a una app. Y de que, cual es el puto sentido entonces? 

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