Sólo ella.

 Mírala, si casi parece desnuda...de carácter...parece.

Si sus manos solo cubren una ínfima parte de su sexualidad. 

Y tan sólo evitan una fuga de pensamientos indebidos 

y explicaciones absurdas que dar.

Explicaciones a mentes vacías en recorrido, 

de suspiros fáciles de olvidar,

de las que no dejan huella,

ni para bien ni para mal.

Cuantos me gusta acumula en su historial,

cuantas palabras vacías que la hacen creer una más,

Y no hay mayor locura que en su cabeza,

ni mayor luz que en el interior de su alma.

Fotos que reflejan paisajes de moda,

comidas prefabricadas y vídeos de copas.

Que ingenuo es el mundo por encima de los 100 likes,

que marcan fronteras a lo que es o no guay.

La esencia de ella está fuera de cualquier zoom,

donde no hay selfies ni apariencias prescritas,

habita en su inteligencia para ser juzgada erróneamente,

como una oveja más en el rebaño de "espíritus libres".

Cada noche acude a su cita diaria consigo misma,

indeleble, impávida e insatisfecha con la vida

y busca explicaciones en el interior de una copa 

mientras rechaza cinco matches y cuatro citas.

Y muy lejos, ahí, arriba, se le escapa la mirada,

 en busca de ayuda que no llega nunca,

para escapar de lo real y cerrarse en banda,

donde lo platónico manda y lo demás es ilegal y poco idealista.