Sueño con apretar el botón de tu mente y desabrochar el de tu blusa,
eres la única novela que me falta por leer,
cada página es un mundo, cada loco con su musa,
tu pareces fan de Wells y yo me voy a otra parte con la música.
Sueño con apretar el botón de tu mente y desabrochar el de tu blusa,
eres la única novela que me falta por leer,
cada página es un mundo, cada loco con su musa,
tu pareces fan de Wells y yo me voy a otra parte con la música.
Nunca son demasiados te quieros,
sólo cuando no hacen falta,
hay que saber decirlo cuando todo va bien
y en las horas bajas.
Porque la vida son momentos
y estados de ánimo,
Porque reír es fácil, vivir es lento
y llorar es necesario.
Porque te quiero, tal cual,
con tus aciertos y errores,
con tus sonrisas y tus discusiones
que acaban debajo de una sabana.
Porque me haces disfrutar como un niño
y sufrir como un adolescente,
porque me das luz donde todo está oscuro
y me das fuerza para seguir adelante.
A ti, que tan rápido y tan fuerte has aparecido,
y que me das equilibrio e inestabilidad a pares,
que me revuelves la mente
y que me haces sentir como nunca antes.
A ti, que sin apellidarte Hepburn,
ni Mansfield,
me das felicidad perfecta
y desayunos con diamantes.
Tu, chica loca e insegura,
que busca pelea y fuego,
y encuentra atardeceres y sonrisas.
Que me gana en todo menos en anécdotas.
Que de vivir no te cansas,
como si fuera un estado,
de ánimo o de américa.
Dame tu mano y lancémonos al precipicio,
donde la incertidumbre campa a sus anchas,
donde todo parece fácil al principio,
pero también al final del camino.
DPM
DPM
como un frenesí repetitivo
cómo decía en su poesía machado,
como un paraíso sin salida.
Atrapado en una oda a la tecnología,
que languidece de gestos
Y presume de modas.
El pasado pasado está,
más se presenta como nexo causal
de un montón de palabras vacías
y un sinfín de vidas rotas.
Nada más y mejor que ser yo
en este intento de sociedad tras una lobotomía
pues adolezco de soledad
y busco la felicidad cada día.
D.P.M.