abril 13, 2021

Stop Crying your heart out

 

Hoy una reflexión que por ser obvia no es menos necesaria de hacer cuando perdemos de vista el horizonte que nos habíamos marcado. Puede que la vida nos de limones para hacer un zumo de naranja. Pero solo nosotros podemos elegir si ceñirnos a ese zumo o hacer otro distinto.
 Las opciones en la vida normalmente no son A o B. Por eso los exámenes tampoco lo son, porque la vida es más compleja y siempre tiene opciones C, D y E. A veces, no es fácil ver cual es la correcta.

 Pero si queremos averiguar la respuesta normalmente la única forma de hacerlo es lanzándote a un vacío de posibilidades que acostumbra a dar miedo a los menos osados y que se lleva consigo los espíritus aventureros de los más descerebrados. 
Sin embargo, como una buena borrachera, solo te sienta bien y te da las respuestas que buscas si lo haces estando en paz contigo mismo y con la finalidad de buscar felicidad y no olvido o razones para odiar. 

Por eso, respira, aguanta, pelea y sobrevive a todo ello sabiendo que mañana será un día mejor por las decisiones que decidas tomar en algún momento determinado y eso es lo único que te ha de importar. Saber que las cosas, situaciones, experiencias y personas llegan cuando tienen que llegar, ni antes, ni después, ni en el mejor o peor momento, solo y simplemente, cuando han de hacerlo. 

Y tu has de estar listo para poder asumir todo eso sin que se te pase el tren, porque si la felicidad fuese un tren, sería un expreso de medianoche, y como tal, suele pasar rápido, silencioso y en la oscuridad.  O como dirían los Gallagher: 

Aguanta,
no te rindas,
no tengas miedo.
Nunca cambiarás
lo que ha ocurrido y ya ha pasado.

Puede tu sonrisa
brillar.
No tengas miedo,
tu destino te mantendrá abrigada.

Porque todas las estrellas
se están difuminando.
Solo intenta no preocuparte,
algún día las verás.
Toma lo que necesites,
y ponte en camino,
y deja de llorar desconsoladamente.

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