abril 01, 2021

(E)lección de vida

 


De la vida aprendí que las alegrías pueden venir en frascos pequeños o grandes. Que la vida son momentos insignificantes pero significados por algo que lo cambió todo. 

De la vida aprendí que el amor además de escribirse al revés que Roma, también se construye al revés, cuanta más violencia mas Roma y cuanto mas aprecio mas Amor.

De la vida aprendí que cuanto más se le quita a una persona menos tiene que perder y mucho mas que ganar. Incluso cuando no parezca justo, necesario o adecuado, la vida no te aprieta más de lo que puedas soportar.

De la vida aprendí que todo lo que sube baja, acciones, manzanas al aire o la moral.

De la vida aprendí que cuanto mas duele y mas daño te produce, más te mejora después, sea levantar pesas, recibir palizas en el colegio o cargar con una enfermedad.  Siempre un órgano sale reforzado, sea el bíceps, el cerebro o el corazón.

De la vida aprendí que cada segundo es un instante que atesorar y guardar en la retina. Nunca sabe uno hasta donde puede leer su horóscopo semanal.

De la vida aprendí que la justicia es relativa, las verdades son parciales y el bien y el mal son ideas inventadas por personas que ya no viven en un mundo que los ha tergiversado por completo.

De la vida aprendí que las palabras son las cuchillas más afiladas inventadas por el hombre. Y nadie necesita de una enmienda para forjar el cuchillo más poderoso con el mejor o peor de los fines.

De la vida aprendí que los idiomas son solo mecanismos que reflejan la idiosincrasia de las sociedades que los ostentan. En la mía hay más de cincuenta maneras de decirle a alguien que es imbécil.

De la vida aprendí muchas cosas, que nada ni nadie puede robarte tus ganas de vivir salvo tu mismo. Que somos prisioneros de nuestros mejores y peores días. 

De la vida aprendí que quien mas ríe es también quien mas llora, porque sentirse más vivo implica también exponerse más a los sentimientos de pérdida.

De la vida aprendí que vivir es un infinitivo finito, pero infinitamente moldeable con la fuerza de voluntad. Y que la suerte no existe, solo, si acaso, la mala suerte. 

De la vida aprendí que el Odio es tan fuerte como el Amor, y como este, se puede esfumar en un santiamén, pero solo cuando reparas en que Oído es el odio al revés, aprendes que si te entra por un oído y te sale por otro es entonces cuando estás preparado para volver a amar.

De la vida aprendí muchas cosas, pero seguramente la más importante fue que las mejores cosas en la vida son también las más inestables y fáciles de perder, la sonrisa, el amor y la vida.








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